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Bullrich junta diputados radicales para blindar el veto de Milei a las jubilaciones

Bullrich llegando a Casa Rosada - Foto: LPO

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La ministra de Seguridad le pidió a Campero que «arrimara» legisladores. y Frigerio le chupa una banca a la UCR. De Loredo en llamas.

Patricia Bullrich trabaja desesperadamente para que el radical Mariano Campero junte un puñado de diputados de su bloque para votar contra la insistencia de la oposición en la Cámara de Diputados con el proyecto de movilidad previsional, luego del veto presidencial.

La ministra de Seguridad alcanzó el punto más alto de su maniobra el jueves pasado cuando el tucumano Campero, quien compartió lista con la funcionaria en las elecciones de 2023, le anunció que podía garantizar el apoyo de cinco de sus colegas. En la conversación con Bullrich, el legislador contaba al catamarqueño Francisco Monti, al cordobés Luis Picat, al correntino Federico Tournier y al misionero Martín Arjol.

Sin embargo, Rodrigo De Loredo intentó abortar la jugada con estrategias de contención cuyo resultado se desconocía al cierre de esta nota redactada por Pablo Dipierri para La Política Online.

Sobre todo, porque dos legisladores que responden a Facundo Manes habrían insinuado que se plegarían a la voluntad de la Casa Rosada, al tiempo que el entrerriano Pedro Galimberti comunicó que renunciaría a su banca para asumir un puesto en la represa de Salto Grande, a propuesta del gobernador Rogelio Frigerio.

Esa banca sería ocupada por Nancy Ballejos, una legisladora que integraba la lista de Juntos por el Cambio en representación del PRO. Ese desplazamiento diseñado por el mandatario de Entre Ríos es un favor enorme para Balcarce 50: despeja un voto radical y suma un voto macrista.

En tanto, la lista de los cinco diputados que persigue Bullrich es fundamental para el gobierno, porque sería justo la cantidad de voluntades que necesita para sumar al piso de 82 legisladores dispuestos a rechazar el intento del peronismo, la izquierda, el pichettismo y un sector de la UCR que pretenden recomponer los haberes de los jubilados. Con 87 diputados sobre 257, el oficialismo tendrá garantizado el tercio que impida el objetivo de sus adversarios.

En medio de la tensión, la ministra hasta le habría reclamado a Campero que acercara más diputados a la postura de los libertarios pero el tucumano le habría contestado: «prefiero caer con menos pero que sean leales, llevo cinco pero son todos espartanos».

La ministra estaba obsesionada con ofrecerle resultados políticos al Presidente, después que sobre su figura recayeran reclamos porque, tal como reveló LPO, no se llevó ningún legislador del macrismo en medio de la tensión con Mauricio Macri. A pesar de que se dice que Fernando Iglesias, Sabrina Ajmechet y Laura Rodríguez Machado, entre otros, responden a Bullrich, ninguno abandonó la bancada que conduce Cristian Ritondo.

El balance de Bullrich ante la Casa Rosada, en principio, arroja un empate que vale oro: no le arrancó legisladores al PRO, que de todas maneras votarán con el gobierno ante la insistencia sobre las jubilaciones, pero estaría consiguiendo ciudadanía libertaria para cinco radicales que no se irán de la UCR pero mostrarían que juegan a fondo con Javier Milei.

Por esa razón, los gobernadores Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés habrían intentado pagar por anticipado a Balcarce 50 con la promesa de la ausencia de los legisladores que les responden. La inasistencia reduce el total de diputados presentes para calcular los dos tercios que exige una insistencia contra el veto y, de esa manera, los libertarios pueden alcanzar el bloqueo con menos legisladores de su lado.

El reflejo de los mandatarios radicales tornaría accesorio el compromiso circunstancial de Campero y sus colegas. Y hasta podría celebrarlo De Loredo, quien comprende el movimiento táctico del tucumano pero aduce que no es el momento de actuar de esa manera ni es un acierto cambiar de vereda cuando se vota un expediente del radicalismo.

Un legislador radical admitía este lunes que la insistencia opositora contra el veto parecía un partido perdido y, para colmo, Milei podía festejar que el radicalismo perdía una banca aunque en ese mismo movimiento el PRO se convertía en segunda minoría de la Cámara Baja, con 38 diputados.

 


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