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La Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP pagó una factura de luz de 14 millones de pesos

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Una tarifa casi tres veces superior a la que abonó en el período anterior, y que equivale a más del 15 por ciento del presupuesto total que tiene la facultad para los gastos de funcionamiento de todo el año.

El servicio se pudo abonar con un auxilio financiero de la UNLP, pero el decano de la facultad advirtió a Página 12 que el panorama para los próximos meses, con aumentos todavía al acecho, es incierto:

«Hay una necesidad imperiosa de un incremento presupuestario para el funcionamiento mínimo de las universidades», subrayó, mientras que el centro de estudiantes calificó al escenario como una «situación extrema» por la que «todas las cursadas están en riesgo».

Cuando recibieron la factura por los consumos de electricidad del mes de febrero, las autoridades de Exactas realizaron un análisis básico: comparar los números de los medidores para saber si el brutal aumento se debía a un incremento en los consumos del lugar. «Hay sólo un mínimo aumento de 4 kw/h, por lo que el incremento se debe a la quita del subsidio que pagaba el Estado nacional, una quita que ni siquiera incluye todavía la suba de tarifas anunciado para los próximos meses», dijo a Página 12 el decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Mauricio Erben.

La facultad es una de las más grandes de la UNLP. En cinco edificios, alberga once carreras de grado, otras tantas de posgrado, como maestrías y doctorados, además de contar con institutos de investigación en especialidades como química, bioquímica, biotecnología, matemática, alimentos o medioambiente. El uso del equipamiento que requieren esas investigaciones hace que la facultad sea habitualmente una de las que más consumo eléctrico tienen en la universidad. Sin embargo, hasta ahora venían afrontando facturas de alrededor de 5 millones de pesos, por lo que el salto de este mes constituye un aumento de casi el 200 por ciento.

Lo más preocupante en ese contexto es el congelamiento de las partidas que viene llevando adelante el gobierno de Javier Milei, que decidió que las universidades nacionales sigan funcionando con una prórroga del presupuesto 2023, pese al golpe inflacionario post devaluación de diciembre. Exactas de La Plata, por ejemplo, cuenta con un presupuesto de gastos de funcionamiento de 92,5 millones de pesos para todo el año. Sólo la factura de luz de este mes representa un 15,3 por ciento de ese monto. 

«Nuestro presupuesto de gastos de funcionamiento no incluye solamente la electricidad, los servicios o el mantenimiento. Tenemos que comprar insumos como reactivos químicos o biológicos que muchas veces son importados, equipamiento que requiere inversión, además de pagar el retiro de los residuos patogénicos. Con el presupuesto prorrogado estamos recibiendo exactamente la misma cuota que en enero, febrero y marzo, y es imposible afrontar el pago de una factura de electricidad así», sostuvo Erben, que precisó que la tarifa de febrero fue abonada con el auxilio de la UNLP, pero alertó que «un gasto de 14 millones mensuales nos pone ante una situación muy compleja para seguir brindando el servicio educativo».

El diagnóstico coincide con lo que vienen advirtiendo las autoridades de las universidades públicas nacionales: sin ampliación presupuestaria, el funcionamiento normal de las casas de estudio comenzará a peligrar en los próximos meses. Así lo expresó el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que hace ya un mes emitió un comunicado en el que apunta que «de no mediar acciones que rectifiquen el rumbo, se verá seriamente afectado el pleno funcionamiento de las instituciones universitarias públicas». Ese documento pedía incrementar «razonablemente» los gastos de funcionamiento, así como el presupuesto para garantizar la continuidad de los programas de investigación, reclamos que hasta el momento no tienen respuesta por parte de la Subsecretaría de Políticas Universitarias, a cargo de Alejandro Álvarez.

«Hay una necesidad imperiosa de un aumento presupuestario para el funcionamiento mínimo de las universidades y la preocupación es compartida por toda la comunidad. Nos parece que no nos merecemos tener que estar discutiendo si el mes que viene vamos a poder pagar la luz o no, estamos hablando de gastos de funcionamiento extremadamente básicos», remarcó el decano de Exactas. Las situaciones críticas de aumentos de tarifas se empiezan a replicar, además, en distintas universidades. Las autoridades de la Universidad Nacional de Moreno, por ejemplo, denunciaron esta semana que les llegó una factura de 10 millones de pesos, una suba de más del 200 por ciento en comparación con el período anterior.

En la ciudad de La Plata, en tanto, los y las estudiantes comienzan a organizarse ante la crítica situación, como también empieza a pasar en otras universidades nacionales. El viernes, tras conocerse la noticia del fuerte incremento en la tarifa de la factura de electricidad, el centro de estudiantes de Exactas convocó a una asamblea para el miércoles 10 de abril a las 12 del mediodía. «Frente a la falta de presupuesto, todas las cursadas están el riesgo», dice el texto de la convocatoria, que alerta, además, que «la decisión del gobierno nacional de congelar el presupuesto nos deja en una situación extrema, como nunca en años».

 

Con información de Página 12 y Argensur


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